Nuestros socios del norte nos ayudaron y nos prestaron el dinero a un precio simbólico. El BCE nos está regalando tiempo para ir cambiando
¿Es austeridad una palabra simpática o antipática? Hoy día, seguramente, la mayoría respondería: “muy antipática”. ¡Que curioso! Entre todos hemos conseguido convertir un término positivo en negativo. Entonces, si austeridad i> es un concepto percibido como antipático, despilfarro i>, el término opuesto, deberá considerarse como muy simpático. Dudo, en cambio, que en la vida real los padres responsables inculquen a sus hijos el despilfarro y desaconsejen la austeridad.
Es verdad que ciertas variables económicas como ahorro, gasto o inversión, en algunas circunstancias, no se rigen bajo las mismas consideraciones si se tratan de forma pública que privada. No siempre los ejemplos microeconómicos, de una familia por ejemplo, sirven para explicar y entender conceptos macroeconómicos. El ahorro, por ejemplo, es una virtud privada que, al generalizarse, puede llegar a convertirse en un vicio público i>. ¿Si todos ahorramos, quien gastará? Pero llegados al punto en que estamos, tal vez en los estados del sur de Europa les vendría bien hoy recuperar la sensatez que una familia con sentido común aplica a sus finanzas.
Lo más que probado despilfarro público y privado ocurrido en la primera década del siglo XXI … ¿es el buen camino que nunca habríamos tenido que abandonar y al que deberíamos volver? ¿El enorme endeudamiento público y privado que se destinó a polideportivos inútiles, a trenes deficitarios, a aeropuertos fantasmas, a promociones excesivas y otros usos inconfesables, fue culpa de la Sra. Merkel y del Sr. Draghi? ¿Podemos culpar al BCE o Alemania de esto? Lo hicimos mal. Nosotros lo hicimos mal. No fueron nuestros socios de la UEE quienes crearon una cultura laxa en la política de supervisión, ni vinieron a mentir y defraudar por nosotros, nadie nos exportó su corrupción. Para ello ya nos bastábamos nosotros.
Nuestros socios del norte nos ayudaron y nos prestaron el dinero a un precio simbólico. El Banco Central Europeo nos está regalando tiempo para ir cambiando. Seguro que no están libres de culpa y que estas ayudas en mayor o menor medida les evitan males mayores. Seguro que ellos hicieron cosas mal hechas, sin duda, pero esta precisamente no.
El papel de la troica.
Ningún país está obligado a pedir la ayuda a la troika (Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y UE). Pero si se pide su intervención, esto significa que estas tres instituciones prestan dinero a un tipo de interés sensiblemente menor al que habría podido conseguir los ahorradores del mundo en los mercados financieros. Grecia paga hoy intereses similares que Italia o España. Sin el apoyo del Sr. Draghi o la Sra. Merkel esto no sería así y la quiebra estaría asegurada. ¡España consigue hoy en día en plazos cortos en los mercados financieros financiación negativo! ¿Alguien cree de verdad que sin el apoyo del BCE y de la UE esto sería posible? Pero quien recibe esta ayuda, a cambio se obliga a realizar reformas internas. Es lógico, los contribuyentes de otros países nos prestan dinero a través de estas instituciones pero nos piden que no lo malgasteamos y que hagamos reformas para poderles devolver lo que nos han prestado. El contenido, el plazo y el alcance de estas reformas así como su grado de efectividad son la gran discusión entre prestamista y prestatario. Cuando mi hijo entró en la universidad, le animé a que intentara juntarse con los mejores alumnos. Y lo hice con la esperanza de que estos hábitos continuados de estudio, trabajo y esfuerzo le fueran modelando, poco a poco, su carácter. Esto mismo interpreté cuando entramos en la UE y en el euro. Era la oportunidad de estar en un club que obligaba a la seriedad fiscal y la búsqueda de competitividad por la vía del esfuerzo y la innovación. Pero para estar en este grupo, hay que ganárselo, y quizás nosotros no podemos.
Artículo publicado en Punt Avui
Para más información relacionada, te invitamos a que visites algunos de los links de nuestro blog: club bonos negativos, xavier puig valor afegit, Fondo Juncker, fiscalidad internacional, economía para todos y emprendedor.
Escribir comentario