Oriol Amat, catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universitat Pompeu Fabra y Director del Máster en Dirección Financiera y Contable, nos habla sobre cómo conseguir afianzar una estrategia para conseguir el éxito en el liderazgo en costes.
Cualquier empresa que quiera sobrevivir y conseguir sus objetivos debe disponer de ventajas competitivas en aspectos que los clientes valoren como la innovación, el diseño o la imagen de marca, por ejemplo. Últimamente, también están aumentando las empresas que se diferencian por precio. Como dice Jaume Alsina, presidente del Grupo Alimentario Guissona: “La clave del éxito es tan sencilla y tan compleja como ofrecer a nuestros clientes una gran calidad a un precio sin competencia”
En esta línea, muchas empresas toman medidas como el rediseño de la organización a fin de ganar eficiencia, revisión de los costes euro a euro, reingeniería y / o subcontratación de procesos, etc.
De todas formas, varios estudios muestran que la mayoría de empresas no consiguen los objetivos de reducción de costes que se proponen. Por ejemplo, según Deloitte (2017) el 58% de las empresas fracasan en sus planes de reducción de costes. Por tanto, no es una tarea fácil y, por ello, puede ser de interés recordar como lo hacen las empresas que se en salen.
Las empresas que consiguen liderazgo en costes se distinguen por buenas prácticas tales como las siguientes:
- Tienen un plan de reducción de costes que cuenta con el apoyo de la dirección general.
- Tienen un enfoque de calidad total que trata de optimizar los costes pero intentando satisfacer a la vez a clientes y trabajadores. Precisamente, muchas medidas de reducción de costes fracasan por el impacto negativo en cualquier stakeholder o parte interesada en la empresa.
- Además, como en todo proceso de cambio, hay que gestionarlo bien. En un plan de reducción de costes al principio siempre existe una etapa de choque en la que se puede perder la confianza de los trabajadores, clientes y proveedores. Por ello, el consenso y la comunicación son fundamentales.
- Por otra parte, conviene identificar las medidas de reducción de costes que son fáciles y rápidas y que tienen un gran impacto, para ir adoptando estas y rechazando aquellas que tienen impacto bajo y son lentas.
- Finalmente, no debemos perder de vista que existen límites a la reducción de costes. Estos vienen condicionados sobre todo por los clientes y por los trabajadores, que no deben salir perjudicados. Como decía Henry Ford: “La regla de oro para un empresario es conseguir productos con la máxima calidad posible al menor coste posible, y pagando los salarios más altos posibles”
En el siguiente artículo de Oriol Amat puedes conocer más sobre “Directivos de éxito que acaban mal”.
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