Mujeres y desigualdad económica -

Mujeres y desigualdad económica

Mujeres y desigualdad económica

 

Una de las muestras más claras de las desigualdades económicas que sufren las mujeres es que tienen más probabilidades que los hombres de ser pobres. Según el IDESCAT, el 20,7% de las mujeres están por debajo del umbral de riesgo de pobreza. En los hombres, esta tasa es del 19,3%. La diferencia es más elevada en el segmento de las mujeres mayores de 65 años, ya que el 9,5% de las mujeres viven en hogares en riesgo de pobreza. Este porcentaje es el doble que el de los hombres (4,6%). Esta situación está provocada por muchas causas. Veamos cuatro.

 

En primer lugar, las mujeres tienen salarios más bajos. Según el Observatorio del Trabajo y Modelo Productivo, las mujeres ganan, en promedio, un 26% menos que los hombres. Este porcentaje crece hasta el 42,6% cuando se analizan las franjas salariales más bajas. Esto es consecuencia de factores como la menor valoración de los trabajos realizados por las mujeres, la escasa presencia de mujeres en puestos de dirección y las dificultades de conciliar trabajo y familia. Según Oxfam Intermón, las mujeres dedican una media de 22 horas a la semana en trabajos no remunerados en Europa, mientras que los hombres dedican menos de 10 horas.

 

En segundo lugar, las mujeres tienen menos ahorros. Esto es consecuencia, sobre todo, de los salarios inferiores. La menor capacidad de ahorro se traduce en un menor patrimonio. De acuerdo con la Agencia Tributaria, el patrimonio medio declarado por las mujeres es de 76.406 euros, un 30% menor que el de los hombres (108.763 euros). Aunque las mujeres tienden a ser más prudentes en la gestión de sus ahorros, el impacto de los salarios inferiores es decisivo.

 

En tercer lugar, y como consecuencia de los salarios inferiores, las mujeres tienen pensiones de jubilación más bajas. Según el Consejo Económico y Social CESC, la pensión media de las mujeres es un 37% inferior a la de los hombres.

 

Y en cuarto lugar, las mujeres viven más años. Según el IDESCAT, la esperanza de vida es de 80,4 años en los hombres y de 85,9 en las mujeres. En la mayoría de parejas, la mujer muere viuda, y al tener menos patrimonio y menos pensión, queda en peor situación económica.

 

En definitiva, la desigualdad económica que sufren las mujeres es un tema grave. De todo lo expuesto se desprende que para reducir esta desigualdad, hay que actuar en el reparto más igualitario de las tareas no retribuidas, en el fomento de la igualdad de género en los trabajos mejor retribuidos y en la reducción de la brecha salarial. Aunque lentamente se va mejorando en estos temas, queda mucho por hacer.

 

Oriol Amat es catedrático de Economía Financiera y Contabilidad por la Universidad Pompeu Fabra y  Presidente de l’Associació Catalana de Comptabilitat i Direcció (ACCID). 

Oriol Amat

Economista. Catedràtic d'Economia Financera i Comptabilitat de la Universitat Pompeu Fabra y professor a la UPF Barcelona School of Management.

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