La idea de la tasa Tobin se basa en establecer un gravamen en las transacciones financieras. Albert Sagués, economista y profesor de la UPF Barcelona School of Management, analiza la implicaciones de aplicar la tasa en este vídeoblog de Patrimonia, en una economía en que el volumen de las transacciones supera el volumen de la economía real.
¿Qué es la tasa Tobin?
La tasa Tobin vuelve a estar de actualidad. No es un concepto Tobin, puesto que la tasa Tobin o mejor dicho el impuesto Tobin, ya que por sus características debería ser considerado impuesto. Nace a principios de los años 70, a manos de James Tobin premio Nobel en el año 81. La idea de la tasa Tobin se basa en establecer un gravamen sobre las operaciones financieras.
En nuestra nueva economía hemos observado como el peso de las transacciones financieras ya supera, por mucho, el volumen de la economía real. Por decirlo de otro modo, estamos en una situación que no tiene parangón en tiempos pasados.
La economía real, las transacciones, las compras, las ventas sobre bienes materiales, bienes reales o servicios han pasado a ser menos importantes que las operaciones financieras.
En la actualidad, entidades financieras, bancos, compañías de seguros, operadores financieros en general realizan gran cantidad de transacciones financieras, a veces para efectuar inversiones que no tienen una relación más allá de un día. Ello comporta movimientos especulativos que hemos vivido en los últimos años.
A nadie se le escapa que las crisis financieras, especulaciones sobre deuda pública o sobre el valor de las monedas tienen una base especulativa importante.
¿Qué se pretende con la tasa Tobin?
La tasa Tobin intenta establecer un gravamen, el pago de un impuesto sobre esas transacciones financieras para hacer que los estados puedan recaudar sobre ese tipo de operaciones. Existen muchos detractores que dicen que establecer un impuesto sobre las transacciones financieras tendría un efecto barrera y provocaría efectos negativos en la economía. Ciertamente puede suceder.
Pero no olvidemos, por ejemplo, que en las operaciones financieras reales ya estamos pagando impuestos sin que ello entorpezca el tráfico y el comercio a nivel internacional. Parece que la Unión Europea ha sido la primera que ha tomado el liderazgo a la hora de plantear el establecimiento de esta tasa.
Veremos cómo acaba y si finalmente pueden librarse de la presión de estos lobbies financieros que obviamente intentan evitar la aparición de este nuevo impuesto.
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