El Banco de Japón se ha convertido en uno de los 10 principales accionistas del 90% de las empresas del Nikkei. Xavier Puig, profesor del departamento de Economía y Empresa de la UPF y director de programas de Banca y Finanzas, nos da su visión de los efectos y consecuencias.
Hace pocos días apreció una noticia en Bloomberg, en mi opinión, muy preocupante. Sin hacer mucho ruído, el Banco de Japón se ha convertido en uno de los 10 principales accionistas del 90% de las empresas del Nikkei.
Les recuerdo que el Nikkei lo componen 225 empresas. Es decir, el Banco de Japón tiene acciones, de forma importante, de unas 200 empresas, de las más grandes de Japón. Por ejemplo, es ya el tercer accionista de Yamaha.
Estamos en una nueva dimensión
El dinero emitido de forma masiva por los bancos centrales más importantes del mundo está siendo canalizado, en el caso japonés, hacia la renta variable. Esto me sugiere varias preguntas. Si aún con esta actuación masiva en el mercado japonés, el Nikkei ha bajado este año de forma importante, ¿qué hubiera pasado sin esa inyección de yenes mil millonaria?
Si el Banco de Japón se convierte en accionista principal de las empresas más importantes del país, ¿quién y cómo tomarán las decisiones empresariales? ¿Qué criterios prevaldrán? Y la cuestión más inquietante, ¿dónde está el límite de toda esta locura? ¿Estamos en el principio del fin?
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