El exceso de burocracia nos empobrece -

El exceso de burocracia nos empobrece

 

El exceso de burocracia nos empobrece

 

La competitividad es clave, entre otros motivos porque los países con más competitividad son los que generan más bienestar para sus ciudadanos. Y el entorno en que se mueven las empresas es decisivo para la competitividad. Para ver cómo estamos en este tema tiene mucho interés el informe Doing Business que hace cada año el Banco Mundial. En el informe de 2018, los mejores países son Nueva Zelanda, Singapur y Dinamarca. Sobre un total de 190 países, España sale el 86º con respecto a la facilidad para crear una empresa y el 123º en cuanto a la facilidad para obtener una licencia de obras.

 

Para crear una empresa, por ejemplo, en España se necesitan siete trámites, que se alargan trece días y el papeleo burocrático tiene un coste que representa el 4,8% de la renta media per cápita. Para poder valorar estas cifras, las podemos comparar con el mejor país, Nueva Zelanda, donde para crear una empresa sólo se necesita un trámite, que dura medio día y que supone un coste del 0,3% de la renta media per cápita. Para compararlas con un país más cercano, podemos comprobar que en Portugal el coste que supone crear una empresa es del 0,6%, mucho menos que el coste que supone en España.

 

Otro ejemplo es la dificultad para obtener una licencia de obras. En España se tarda 208 días, con un coste que representa el 5,4% del coste de la obra. De nuevo, si lo comparamos con otros países veremos que no vamos bien. En Nueva Zelanda, para obtener una licencia de obras se necesitan 93 días y el coste es el 2,3% del coste de la obra. En Portugal, los días que se necesitan para conseguir la licencia son 113, y el coste que supone la obtención de la licencia representa el 1,2% del coste de la obra.

 

Son datos que ponen de manifiesto que nuestras empresas tienen que hacer más trámites burocráticos, que duran más tiempo y que cuestan más dinero. Es un problema del que hablamos desde hace muchos años. Aunque el diagnóstico es muy claro, pasan los años y seguimos con una telaraña burocrática que hace mucho daño. Está claro que no lo resolveremos hasta que todas las administraciones tengan la voluntad real de ponerse manos a la obra. Mientras tanto, la burocracia seguirá poniendo las cosas muy difíciles al tejido empresarial y perjudicando seriamente la competitividad.

 

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Oriol Amat

Economista. Catedràtic d'Economia Financera i Comptabilitat de la Universitat Pompeu Fabra y professor a la UPF Barcelona School of Management.

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