¿Deberíamos conocer el beneficio del vendedor al comprar un bolso, un electrodoméstico o un coche al igual que cuando contratamos un fondo de inversión? Òscar Elvira, economista y profesor de la UPF Barcelona School of Management, reflexiona sobre si el exceso de regulación en el sector financiero soluciona o genera problemas al tejido empresarial.
Los recientes escándalos financieros relacionados con el blanqueo de capitales, maquillajes contables, falsificación de cuentas, excesivo endeudamiento de la banca que ha puesto en duda solvencia, la venta de productos financieros tóxicos o el cobro de comisiones e intereses elevadísimos, nos ha llevado a una conclusión: la solución a estos problemas es aumentar la regulación y la normativa en el sector financiero.
La normativa nos ha ahogado
Es excesiva y ha creado un marco complejo, confuso y en continuo cambio. Éste genera incertidumbre, desincentiva el emprendimiento y eleva los costes fijos de las empresas.
En el sector financiero, la MiFID2 parece más encaminada a poner freno a estas actuaciones. Introduciendo normativa tendente, entre otras cosas, a una mayor transparencia para lograr una mayor protección del inversor.
Por ejemplo, en referencia a la comisión que cobra un fondo de inversión, la denominada Comisión de Gestión, que siempre ha sido transparente, ya que siempre se ha incluido en el folleto del fondo que se entregaba al potencial cliente; ahora tendrá que especificar qué gana la gestora por administrar y gestionar y qué gana el comercializador por su tarea de asesorar, recomendar o simplemente vender el fondo de inversión.
Esto sin duda aporta transparencia. Un bravo por la MiFID.
El resto de sectores debería tomar ejemplo
Y en un futuro cuando alguien compre un bolso, un electrodoméstico o un coche, la etiqueta especifique el coste real del producto que se está comprando y la comisión que gana el vendedor por dicha venta. De este modo se facilitaría la elección de las múltiples marcas y modelos que existan, igual que los fondos de inversión.
En conclusión, la normativa ha colapsado las empresas, ya no sólo nos reunimos para ver cómo invertir mejor o qué puede interesar a nuestros clientes. Ahora se tiene que estar preparado para la nueva normativa que va a seguir.
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